octubre 18, 2006

La Poesía mirada desde la Universidad de Chile. Selección de poemas II

Andrés Morales

Nació en Santiago de Chile en 1962.Licenciado en Literatura por la Universidad de Chile. Doctor en Filosofía y Letras con mención en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona (España). Ha publicado quince libros de poesía: Por ínsulas extrañas (1982); Soliloquio de fuego (1984); Lázaro siempre llora (1985); No el azar/Hors du hasard (1987); Ejercicio del decir (1989); Verbo (1991); Vicio de belleza (1992); Visión del oráculo (1993); Romper los ojos (1995); El arte de la guerra (1995); Escenas del derrumbe de Occidente (1998); Réquiem (2001); Antología Personal (2001); Memoria Muerta (2003) y Demonio de la nada (2005). Su obra poética se encuentra traducida a ocho idiomas y ha sido incluida en más de 40 antologías chilenas y extranjeras y en un gran número de revistas literarias, siendo también distinguida con diferentes reconocimientos nacionales e internacionales entre los que destaca el PREMIO PABLO NERUDA 2001. Actualmente desarrolla su escritura poética conjuntamente con sus clases de Literatura Española Clásica y Contemporánea y de Poesía Chilena en la Universidad de Chile en Santiago.
.
.
Selección de textos.
.
.
.
Autorretrato en gris
.
A Patricio Luco
.
.
Escucha el aire muerto del Dante o del caballo
desbocado entre esos ojos y en la mirada donde
el mar inquieto rompe.
.
El mundo es un desnudo donde es mejor perderse
entero y en su pena abrir los dedos llenos
de horror en el cadalso, de espera en el cadalso.
.
Nada es el reflejo en esta huída oscura
y aqueste, aquel o el otro es el mejor posible.
.
Agita su silueta entre ese gris y el blanco
soñando en la pureza que ciega permanece.
.
Habrá de recordar los días que no llegan.
.
Habrá de sollozar en el espejo,
siempre.
.
.
*
.
.
Stella
(In Memoriam)
.
.
Y verás con otros ojos la superficie plana
del mundo sin sentido, sin gloria, sin pasión.
.
Y no habrá ni un solo lirio que atrape tu belleza
para enrostrar mi pena de perro a medianoche.
.
Y ya sin despedidas, en el murmullo insomne,
habrás cruzado el cielo con tu palabra sola.
.
.
*
Tres poemas inéditos del libro ‘Los Cantos de la Sibila’.
.
.
El Canto de la Sibila
.
.
La lengua en que respiro
y en la que nunca hablo.
La dulce lengua madre,
anémona olvidada,
en donde yo adivino
y sueño a medianoche.
.
Aquella en la que escribo
(enmascarado siempre),
aquella que no entiendo
trepando sus acentos.
.
Aquella siempreviva
como una golondrina
o cien gaviotas blancas,
como este prodigioso
decir marino, ahora,
donde es mejor callar
soñando con sus piedras
de un mar y de una isla,
que no adivinarán
la dicha de estas letras
que habitan en el aire
aún quieto o caprichoso
en el lejano exilio.
.
.
*
.
.
Sibila Derrotada
.
.
Rendida ante los muros y ante las puertas, muerta,
delante de mis ojos y de mi cara vieja,
anuncio ya mi muerte y la esperanza pobre
de la que muerde el agua y devoró los vientos.
.
Desnuda de presencias, de fantasmas claros
que agiten madrugadas o dicten los presagios,
retiro mis sentencias, renuncio a mis palabras
dichas al azar, tal vez, o con certeza.
.
Nada más el mar o el aire de una tarde
que no adivina nada ni quiere perpetuarse
que miro y que me mira en soledad, a solas.
.
No quiero aquellas vísceras de buey o los espejos,
no quiero los relojes ni hermosas caracolas;
los ojos, estos ojos, están cansados siempre
de ver y de no ver, de tanto horror y dicha.
.
Una sola cosa, nada más, en estos días:
Recorran el paisaje, las plazas, el mercado
sin querer saber, sin una profecía.
.
.
*
.
.
Sibila sueña en XXI
(Balbuceo y canto)
.
.
El mundo en odio y hambre. Una copa rota en mil pedazos. Sed y hambre. Hambre. El odio y esta nada y el vacío, esta nada de palabras en cadena que cae y cae y cae hasta un barranco. Bocas ciegas, ojos mudos, cuerpos que se agitan sin dulzura. Caída y nada más: caída. Silencio que no escribe, llora o canta. Maldición de todo el cielo y estos dioses. Siglo de gusanos y de muertos. ¿Dónde habremos de poner a tantos muertos? La voz del mundo entero ya perdida. El hambre como triunfo: codo a codo, guerra a guerra, en la inmensa soledad de la justicia. Un desierto ganaremos, es seguro, un hondo pozo interminable sin más agua. Ese árbol de muñones, disonancias. El mundo en odio y hambre:
¿Cómo extrañará aquellos días en que la tibia leche amamantó su boca?
.
.
*
.
Dos poemas del libro ‘Escenas del derrumbe de Occidente’
.
.
Descubren su deseo por las noches. Los perros van ladrando y ellos gritan. Nada los distingue ni separa. Es el sueño, el perfume, la desgracia, del cruel derramamiento en el placer.
.
.
Queremos perpetuar la descendencia
del líquido vertido en el vacío,
queremos deshacernos para entonces
abrir aquella herida deslumbrante.
.
Nada nos detenga en el impulso,
en la fiel cabalgadura emborrachada;
otros ya bebieron, vaya ahora
el turno de los muertos sin simiente.
.
Otros al destierro, al pan, la lluvia,
nosotros al desgarro, a la tortura
del húmedo en agraz sometimiento.
.
.
*
.
.
Entre el ritmo y el demonio del reloj, en la cruel desolación de lo baldío, detrás de las montañas de concreto, el mar por fin se queda detenido; El mar ya naufragado en tantos años, el mar, testigo inmenso de la muerte.
.
.
La música del mar desde la tierra,
el óxido de sal que no corroe,
los ángeles, las olas, el estruendo
de todo lo pasado en un instante:
el círculo de fuego, las palabras,
el gesto que acaricia sin venganza,
lo inútil, el espacio, aquellos gritos,
la marcha de los pies sobre la arena.
.
La insólita belleza de la calma,
el largo aliento quieto del silencio,
las horas del que vuelve con sus redes
llenas o vacías de esperanza.
.
Ciudades en la orilla que enrojecen,
bajeles, naves, remos que lo cruzan:
comercio de los ojos deslumbrados
y ávido rencor, envidia, llanto.
.
Historia de la historia que resuella,
que entonces es ahora y es mañana;
olvido que desangra en sus confines
bebiendo la memoria de sus pasos.
.
.
El ojo que lo mira, el ojo inquieto
habrá de ennoblecer su huella pura.
.
.
.
Nada ha de morir en este canto:
.
La música del mar descubre el tiempo.
.
(A Drago Stambuk)
.
.
.
.
***
.
.
.
Germán Muñoz Pilichi
.
Escritor nacido en Santiago de Chile (1951). Candidato a Doctor en Literatura por la Universidad de Chile. Magíster en Literatura por la Universidad de Chile. Licenciado en Estética por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesor del programa Magíster en Artes mención Dirección Teatral. Universidad de Chile. Departamento de Teatro. Profesor de la Universidad Miguel de Cervantes. Escuela de Periodismo. Publicaciones poéticas: (2001) Muerte colmada. Santiago de Chile. RIL editores. Una selección de poemas de este libro obtuvo el Primer Lugar en el Concurso Nacional de Poesía Ciudad de San Felipe, 1999. (2004) “Los Mundos Grises” (Homenaje a Manuel Álvarez Bravo). Ojo de Buey N° 11. Adelanto del libro Espejo de Semejanza (inédito). Colabora en la Revista Chilena de Literatura y en Ojo de Buey. Los textos estéticos del autor están recogidos en diversos catálogos de exposición nacionales e internacionales en el campo de las artes visuales y la fotografía.
.
.
De ‘Espejo Semejanza’, 2006, libro inédito.
.
.
(De ‘La Palimpsestomaquia’ Cinco entreactos goyescos)
.
.
.
Qu'est ce qu'ils savant de l'amour, et qu'est ce qu'ils peuvent comprendre?
S'ils ne comprendent pas la poésie, s'ils ne senten pas la musique,
qu'est ce qu'ils peuvent comprendre de cette passion en comparaison
avec laquelle la rose est grossier et le parfum des violettes un tonnerre?

Ezra Pound
.
.
Tántalo
Elegie d’Amour[1]
.
.
(La escena permanece cenitalmente iluminada de púrpura.)
.
EL AMANTE ABANDONADO.- (Sentado en el centro de la escena con un muñeco de ventrílocuo sobre las rodillas.)
.
Ombre por tu tono tempero la cuerda
que, sonora, hace eco mi memoria.

Y si oscuro dejas veta luminosa cayendo
como trazo de un astro peregrino;
no volverá mi treno la cabeza
mientras huya aquel Halley animoso.

¿Qué combate se libra en tu materia?
¿Qué estrella feral te aparta de mi hallazgo?
¿Adónde vas noctámbulo huyendo
por el limbo de mis sueños?

Heme aquí perdido entre brazos mutilados
prolongando tu silencio de boca en boca. Solo,
como la palabra que cae del trino de un pájaro.

Heme aquí en una torre de frío
embriagado del pulso de tus horas,
embriagado de tu mente convocada
al verbo que fluye de mi mano.

( Te habla por mí el vino de un griego epitalamio.
Te habla por mí la estela de una lúgubre góndola.
Te habla por mí la secreta luna.)

Ombre, develas lo eterno.
Y en ese azul insonoro mi lengua clara nombra tu sombra.
.
(Oscurecimiento rápido. Breve pausa en la penumbra total.)
.
.

______________________________________________________________
[1] Según Altazor de Vicente Huidobro. Canto II (“Mujer el mundo está amueblado por tus ojos…)

.
.
Del libro ‘Muerte Colmada’, 2001 RIL Editores, Edición revisada 2005.
.
.
De ‘Amores’
.
Yo que tantos hombres he sido, no he sido nunca
aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach.

Borges,
“Le regret d’Heraclite”
Museo, El hacedor.
.
.
Otro soneto del amor oscuro[1]
.
.
Noche de viento recio, mala para las putas.
Goya,
Los caprichos.
Comentario a la Lámina 36: “Mala noche”.
.
.
¡Oh cama de hotel!, ¡oh dulce cama!
Sábana de blancuras y rocío.
¡Oh rumor de tu cuerpo y el mío!
¡Oh gruta de algodón, penumbra y llama!

¡Oh lira doble que el amor enrama
con tus muslos de lumbre y nardo frío!
¡Oh barca vacilante, claro río,
a veces ruiseñor y a veces rama!
[2]

¡Oh barca, penumbra de nardo y gruta!,
ya no más ruiseñor y no más rama
ni lira doble que la noche infama,
rota para el amor y horror de putas.

¡Oh mala noche de ti memoriosa!
¡Oh viento recio que ya nadie goza!
.
___________________________________________________________
[1] Poema no incluido en la primera edición (2001) RIL Editores. Santiago.
[2] Federico García Lorca. Soneto inconcluso (circa 1920).
.
.
Mutability
.
.
¿Por qué al amor niegas tu cercanía
huyendo de quien, sólo, amor busca?
¿Acaso amarás cuando ya no luzca
vanidoso el cuerpo su mercancía?

¿Qué comercio gris, qué cruel voz regía
cuando fue a tus ojos la imagen brusca
que en mezquina luz cala, hiere, ofusca
y ya no vi en ti lo que ayer veía?

Mi cuerpo a fuer de tu cercanía
el mustio amor entre palabras busca;
mas no hay consuelo que al amor no luzca
necio comercio, peor mercancía.

¿Qué has mudado Amor que al amor no obliga?
¿Qué has mudado Amor que a mi voz castiga?
.
.
*
.
.
A la modernidad cansada
.
.
Hoy frágil tu arquitectura recuerda
la blanca arrogancia (tu sueño oscuro)
y triste articula en su cuerpo espurio
la recta línea (vidrio, acero, piedra).

¿Cuántos soles ha visto fenecer
la nueva Parca de tu vieja cuna?
Cuánto silencio…cuántas lunas, una
a una, callaron tu amanecer.

Ayer también soñé con tu promesa
que en su simple nadería preludia
la alegría gris de la urbe rubia,
su desasosiego, ¡feliz pereza!

Firme tu verbo no cesa y conjuga
su seco futuro, tu fin, tu fuga.
.
.
.
***
.
.
.
Cristián Basso
.
Poeta nacido en Santiago de Chile en 1976. Autor de los poemarios Alalia (Editorial Tiempo Nuevo, Santiago, 1994); 22 Voces de la Novísima Poesía Chilena (Editorial Tiempo Nuevo, Santiago, 1994); El Amor Insecto (Ediciones RIL, Santiago, 2003). Premio Iberoamericano de Poesía Paz y Cooperación, Madrid, 1992; Premio Gabriela Mistral de Poesía, Chile, 1992, su poemario más reciente se encuentra en todas las bibliotecas públicas de Chile, al ser seleccionado por la Biblioteca Nacional como título en la colección de adultos de la Campaña Chile quiere leer. Participó en la IV versión del Festival Internacional de Poesía ChillánPoesía 2006. Su obra está parcialmente traducida al inglés, francés e italiano. Recientemente ha aparecido en la Antología La poesía de una migración: Poetas ítalo-chilenos, publicada por el Istituto Italiano di Cultura de Santiago, 2006. Ha incursionado en la dramaturgia y la crítica. Walter Galleguillos, artista visual, prepara un libro de imágenes basado en El Amor Insecto en Barcelona, España, 2006. Realizó estudios de Magíster en Literatura en la Universidad de Chile.
.
.
Tres poemas inéditos:
.
.
Campo de Cenizas
.
.
Amanecí llagado
sobre un campo de cenizas.
A mi alrededor la muerte cosía
mis costras para hacerse un abrigo,
guiñaba el ojo a un ave de rapiña
que a lo lejos se saciaba.
.
No me dejes ver el abandono ahora
con los ojos de piedra. No me hagas
llamarte a gritos si extirparon tus tímpanos.
Espérame al anochecer en nuestra casa,
prepara café cargado y un baño caliente
de sales o flores o lunas desteñidas.
.
Llagado amanecí y no lo sabes;
amanecí puesto en una caja
que nadie abrirá, salvo tú
cuando no quiera abrazarte.
.
No me prives, no me pruebes,
no me expongas hoy
al fuego del verano.
.
.
*
.
.
Duna Abierta
.
.
La noche, en las paredes, repta
por hendiduras, rasga los vidrios.
No duermes,
tu aliento se confunde con motores
de bólidos que parten al roce de las sábanas
que es brisa sobre arenas.
.
Reptas también el cuerpo de ese hombre,
anónimo viajero de lengua fugitiva;
de él sabe tu aliento. No, tu quejido.
Lo sé. Todos en relojes, encontrando
al viento encarcelado en la sonrisa.
Oiremos arrastrar sus cadenas;
insectos ascienden de los pies a la cabeza.
Llueve en relojes hacia acá.
Hacia acá en blanco y negro, rozan
la comisura de los labios,
avanzan, resuenan y giran
cuando habla el viento con las escaleras.
.
No quiero el tiempo de fotografías
sedientas moléculas del espacio.
No mirar más redes en el rostro.
.
Tú en el tiempo.
Yo en el tiempo.
Despellejados en la cuesta,
ojalá sin tiempo
para correr a volar sobre la bruma.
.
.
*
.
.
Bucólicos
.
.
Bucólicos trepar hacia la cumbre,
en bramido elevado que detiene
senda de ave, furia en mansedumbre;
por olvidar la pena que deviene.
.
Peregrinos de hoy y podredumbre,
frenados al ardor en que se tiene
el sufrir por rutina y por costumbre
de amar esta condena, aunque condene.
.
¡Y no pedir perdón!, ¡jamás pedirlo!
Tan sólo abrir la puerta al forastero.
Beber de nuestra jarra nuestro vino.
.
Cantar hacia la ausencia y perseguirlo,
olvidar que fue ayer sepulturero
para el amor, culpable y asesino.
.
.
.
***
.
.
.
Juan Santander
.
Nace en Copiapó en 1984, Estudia actualmente literatura en la U de Chile. Participó durante el 2004 en el taller del Poeta Andrés Morales llamado Códices. Ese mismo año fue becario del taller de La fundación Neruda. Fue antologado en el libro Poetas del Desierto. Ed. La Cáfila.
.
.
Mis Ovejas
.
.
Mis ovejas secarán pastizales
el río tragará habitaciones
tranquilos de puro cantar mis amigos
las estrellas cantarán mis amigos
secarán las gargantas esos prados
y sus muelas y sus ojos y sus muelas
verán durante el fuego mis ovejas
mis amigos tragarán toda el agua
y las tierras con sus muelas cantoras
y del río saldremos purpúreos
a inclinados mirar las estrellas
a devorar fuego en pastizales
a esquivar la virtud de mis ovejas
dejarán mis amigos sus recados
atacando mis prados y mi río.

*

El fuego es de un color criterioso
de verde ropa limpia eran todos mis lugares
hice una excusa para tomarnos de las manos
en abriles espumosos de ovejas malparidas
de tallos y áridos estados de garganta
en todo el candor me detuve
mis amigos tornábanse avena
de azul y rápida combustión yo era
el fuego mismo que los consumía
un malparido opíparo elemento
de las manos mis ovejas me olvidaban
¡Floreced! les decía yo extendido
se purgaban con espadas de mi fuego
extasiadas sus muelas se llamaban
y de puro ominosos florecían.

*

Pensando bien la cosa supondremos que el río
era entre nosotros una cola de caballo
ungida con sueños y escándalos
un manzano en medio de los días
un entrañable camino a las orillas
un eco de saludo a la patria
ocupábamos las vidas en el canto
de abriles colegiales confitados
crecíanos la niebla de los hombros
ampliábamos la luz de las andadas
esperaban de fuego las tardes mis amigos
en el glorioso verde perdía yo los dientes
y bosques no tuve y no vi el mar
no alcanzaban a verlo mis amigos
éramos todos parte del arroyo
y tuve un membrillo como adorno
año y medio con la oveja malparida
en habitaciones espumosas de puro prado.

*

De dónde venía ese fuego los correos
lo mandaron amancay soy una de esas
amancay biselado en la facilidad
me detenía yo ofrecido a la lucha
buscaba con mi pecho ver el mar
yo lo veía inmenso al viejo océano
conminaba mis muelas a ser suyas
bienvestido iba a aquel encuentro
y espumoso todo el mar me decía
mis amigos cantaban los tuyos lo hacen
los míos lo hacían las cimas buscaban
con aquella flaqueza gloriosa
en abriles malparidos de la patria
mis olas eran tanto de lo bello
el mar me decía eres avena
para mí eres sólo un delincuente.

*

Cántame antes que seas peregrino
mis ríos te daré mis campos malos
si me cantas tu garganta será oro
quemarás en el prado a tus amigos
el mar les decía ¡Floreced!
tus amigos enredados en las redes
tus amigos en el sitio de la avena
tus amigos son el fuego bienvestido
son el canto contenido del albergue.

*

Soy la avena que amo mis cantos lo serán
soy sus hombros flacos seré incendios
busqué y vi el mar entre abriles colegiales
me decía no tienes ovejas yo no quise escucharlo
digo para qué es el llanto
yo me uní a mis glorias de avena
de cenizas mis amigos olvidé
yo fui el canto de todas mis ovejas
yo fui el nudo del río engalanado
y qué gozo fue ver todas las estrellas
y cantarlas abriéndome yo el pecho
y decir que los años avanzaban
y mis muelas todas bienvestía.

*

No era mi pecho el que vi quemándose
estaba todo él sacrificado
y la oveja me decía que cantarle
era arroyo de la música en gargantas
¡El río de la gloria yo supuse!
en mis hombros la avena yo cantaba
en mi pecho la oquedad tenía fuego
mis ovejas gustaron del veneno
sus pieles fueron plata para todos
el río nos condujo desvalidos
peregrino yo crecí en los abriles
en el prado mis amigos con firmeza
se agruparon convirtiéndose en mi canto
un símbolo se hizo de mi mano
mis amigos señalaron las estrellas
al tiempo que la gloria estableció
las crecidas llamas de la patria
los hombros blancos de artificio
la avena en medio del camino
comprendí que jamás me perdería.
.
.
.
***

Etiquetas: